13 sept 2012

Tronistas

Colegas machotes


Hace unos días subí a Fauna Mongola un dibujo que me encanta. Lo había hecho este verano, pero como no había retomado (por enésima vez) el blog no podía hacer nada con él. Como lo hice en pleno agosto tiene colores muy veraniegos, como de polo de La Menorquina, que son los mejores.

paquetes tronistas
Mañana, viernes 14 estaré exponiendo unos cuantos dibujos de Fauna Mongola en la galería Factoría de Arte y Desarrollo, hechos a lápices de colores o tinta, que es el estado previo que tienen antes de ser terminados a ordenador. Podéis ver, por ejemplo, a mi colegas machotes de aquí arriba hechos a tinta china en su encarnación original. Siempre hay cosas que el dibujo pierde al aplicarle color, y para mí, muchas veces desearía haberlo dejado en la simplicidad original. Ese aspecto más "rústico", más "tosco", se pierde muchas veces en el estado definitivo. Cuestión de prioridades, supongo.

Colegas machotes

10 sept 2012

Vivir del cuento

Vanidad- sept 2012
La mía la primera generación engañada de la posmodernidad. La ficción, y también la ciencia, de los años 50, 60, 70 y 80 nos habían vendido una idea de futuro que en nada se parece al mundo actual. Ciudades en la luna, pijamas de papel albal, esas cosas. EL FUTURO, con mayúsculas. No lo que está por venir, sino un fragmento de tiempo perfectamente delimitado, una nueva era. Se suponía que el segundo milenio sería el umbral, y la galaxia la frontera. Seres humanos semirobóticos de emociones controladas y ademanes manequinescos.

Mi gozo en un pozo. Cuando llegó el momento de ser mayor, la promesa de una utopía tecnológica había sido reemplazada por la promesa de que todos podíamos ser celebrities, o rock stars. EL FUTURO era un concurso de popularidad en las nuevas redes sociales, fotos de comida de aspecto vintage, y ropa que aparenta ser de nuestros padres. Pero también era una afición desmedida por crear, por descubrir y compartir. De repente, todo el mundo quería ser DJ, fotógrafo, ilustrador, crítico musical, escritor.

¿Y qué pasa entonces? Pues que mucha gente se ríe. Se ríe de ellos. A veces se indignan. "Todos los jóvenes quieren ser blogueros, diseñadores... " dicen. Lo dicen con inquina, con desprecio. Hay chistes en facebook. Se oye en la calle. La gente quiere jóvenes que den el callo y que les saquen de la crisis. Pero es que, en geneal, un porcentaje muy elevado de españoles desconfían profundamente de cualquier manifestacióna artística o cultural. "Los músicos son unos vagos" escriben indignados como comentario en cualquier periódico online.

Vale que no todo el mundo tiene las mismas aptitudes, o ganas, o perseverancia como para conseguir una voz propia y poder vivir de ello. Pero una sociedad donde muchas personas se esfuerzan por crear o por entretener a los demás, a mí desde luego no me parece una sociedad sin metas o sin miras al futuro sino todo lo contrario. No me parece nada triste ni patético que todo el mundo lo intente, y a la vez, aprenda a valorar el trabajo de los demás. Un aspirante a músico es el primero en consumir música, en comprar discos y asistir a conciertos. Un aspirante a escritor descubre a otros escritores leyendo, y hace que la escena sea mayor y más fuerte. No sé. Ojalá todo el mundo tuviera algo diferente que decir. Sí; ojalá pudiera disfrutar de las ilustraciones de un millón de ilustradores diferentes, ojalá un millón de fotógrafos retrataran el Templo de Debod de un millón de formas diferentes. Ojalá el número de músicos o Djs fuera tan elevado que pudiera descubrir cada día una canción para levantarme alegre y olvidarme del lío en el que la gente seria nos ha metido a todos.

Va a resultar que el futuro es un páramo desierto repleto de artistas. Ni robots ni coches voladores. Pues bueno. Ya que nos vamos todo a tomar por culo, que por lo menos sea de forma bonita.

Originalmente escrito para la revista Vanidad, sept 2012

7 sept 2012

Fauna Mongola otra vez



Ha sido un agosto productivo y he podido empezar varios dibujos de Fauna Mongola, que iré subiendo poco a poco. Volver con algo en septiembre siempre parece como empezar el cole de nuevo, y es una sensación que echaba de menos. Porque seamos sinceros, los últimos días del verano siempre eran aburridos. Lo malo es que al días 3 de clase ya estaba deseando que volvieran las vacaciones.

Pero ese no es el tema. Una de las razones por las que abrí este blog es poder desencorsetarme de la estructura tan rígida de Fauna Mongola y mostrar ciertos detalles que, o por falta de espacio o por el reducido tamaño de imagen pasan desapercibidos. Primeros planos de los problemas de piel del Señor Lobo, por ejemplo. A pesar de que mantiene un look juvenil no puede disimular que los años no pasan en balde.

¿De dónde viene con la mochila a las cinco? ¿Qué demonios hace con una mochila a las cinco? No tengo ni idea, la verdad. Pero hay más preguntas que ni yo, que lo conozco de toda la vida, de 10 años o más, no sé responder. ¿Quién demonios cree que es buena idea subir a Instagram una foto de dos huevos fritos? O sea,  las fotos de comida de Instagram sirven para vender la gran carambola: Aparte de tener una sensibilidad estética increíble (cada uno de los filtros de fotografía pone el estado de ánimo por mi) soy un partidazo porque cocino así de bien. Le pongo amor a las cosas. Cocino para mí, pero mañana podría ser para ti." Eso dice una foto de comida. Pero dos miserables huevo fritos. Esfuérzate, cabrón, pon más esfuerzo en venderte!
La verdad es que acabé por cogerle mucho cariño al personaje. Soy un poco Señor Lobo y no lo reconoceré fácilmente, pero es así. No soy el único que le tiene aprecio al viejo gruñón. Misteriosamente, conserva una puñado de amigos del colegio que le siguen llamando fielmente, y le hacen pasarlo bien a regañadientes. Pero sobre todo, tiene a su gato, al que no le he puesto nombre aún, que es lo que más me ha gustado dibujar de toda la entrada